La historia de Alper un gatito con VIF

Alper es un gato rescatado del abandono de mi vecina. Cuando lo encontré  en ese entonces, año 2008, en la veterinaria  le calcularon 2 años de edad.

A los pocos días noté que salivaba y tenía mal aliento, lo llevé a la veterinaria y le dieron antibióticos y corticoides. Al mes se repitió el cuadro entonces la doctora mandó a hacer un análisis de Vif, el resultado fue positivo.

Lo trate con paulferon y sistemáticamente cuando dejaba de comer con corticoides y antibióticos. El efecto duraba entre dos meses y mes y medio, al año se acortaron los tiempos y había que darle corticoides cada 20 días 0,5 o 0,8 de Norflog .

Una doctora de la veterinaria me recomendó tratarlo en la Facultad de Veterinaria,  porque es el único lugar donde se trata esta enfermedad.

Desde el 2009 a febrero del  2014 lo traté allí con infinidades de medicamentos y simultáneamente con el corticoide.

Se le hicieron ecografías de todo tipo y un estudio neurológico con estímulos visuales. Todos los estudios dieron bien.

Todas las semanas tuvimos que ir al control, con extracciones de sangre, lo cual  implicó madrugones con Alper en su caja jaula entre  4 a 6 horas de espera entre un estudio y otro.

La medicación consistía en Interferón, Azt, eritropoyetina cuando dieran bajos los valores en sangre.

El síntoma de Alper es que dejaba de comer por el dolor, recurrí a todo tipo de alimento para que comiera, porque por el dolor se atragantaba y salía corriendo rechazando la comida, después de la aplicación del corticoide comenzaba a comer por 15 días sin problema hasta que comenzaba el dolor otra vez ( ya estábamos entre el 2012 y  el 2013).

En diciembre del 2013  la situación se complicó porque en uno de los controles la glucemia había subido.

Coincidía con esa semana en la que no comía, la doctora de Alper dra Gisbert especialista en estos casos en la facultad, consultó a un médico especialista en diabetes  y este le dijo que le aplicara sin problema el Norflog 0,8 corticoide.

La glucemia le subió a 520.

Además de toda la medicación antes mencionada ahora sumó la aplicación de insulina y los controles diarios a la veterinaria para regular la cantidad de dosis que había que aplicarle. Alper sufría 4 pinchazos  por día.

El paso siguiente recomendado por su dra Gisbert fue sacarle los dientes para evadir la gingivitis.

Así fue, le quitaron todos los dientes menos los caninos porque según me dijo la médica encargada de quitárselos, por una cuestión estética para  los dueños, no se le extraían y que en un futuro habría que quitárselos.

Comió bien  por una semana, y después me encontré otra vez en un callejón sin salida.

Junté a todos los médicos Dra Gisbert, el médico que le trató la glucemia y la dra que le quitó los dientes, todos reunidos en un pasillo de la facultad preguntándoles desesperadamente que hacer.

No tuve respuesta.

Pocos días más tarde la dra Gisbert me dijo que no podía darle más corticoide y que hiciera HOMEOPATIA. Pensé que era una broma, sabía que a esta altura de las circunstancias la homeopatía no podría hacer nada por mi gatito.

Alper  apenas comía de mi mano y se atragantaba…

 La dra Gisbert en un pasillo consultó a una homeópata de la facultad y me hizo una receta de árnica. Me pareció un chiste.

 La realidad es que yo no podía comprender la situación , más tarde entendí que se estaban sacando de encima el caso Alper.

 Efectivamente cuando consulté a una homeópata particular me dijo con mucho enojo que la homeopatía no podría curar a este animal y que en la facultad de veterinaria se habían ocupado de destruir el sistema inmunológico de Alper y ahora pretendían un milagro.

Esta veterinaria homeópata me dijo que había una posibilidad de sacar adelante a mi gatito y me pidió por favor que lo intentara, ella me puso en contacto con  la TERAPIA NEURAL.

Comencé a tratarlo con TERAPIA NEURAL,en abril del 2014 . Se le hizo una aplicación. Alper seguía teniendo ataques de dolor muy fuertes donde el propio animal se escondía y se lastimaba la boca al querer sacarle literalmente el dolor en  la boca las encías. Era muy desesperante ver como mi gatito tenía ataques de dolores continuos .

Después de la primera aplicación comenzó a comer mejor,  desde que quedó sin dientes, comió pollo, carne y pescado mezclado con arroz. Había cicatrizado las heridas de la boca.

Durante el año consultamos al Dr.Neuralterapeuta en aproximadamente 6 u 8 veces, en algunas oportunidades le hizo alguna aplicación y en otras simplemente con una medicación biologica fue apaleando los dolores.

Hoy ya no tiene ataques de dolor y come, volvió a comer su comida balanceada, intercalando con el arroz, pollo y pescado.

Me parece increíble contar  esta historia y revivir cinco años de lucha y desesperación.

Alper es un gato comunicativo, maulla todo el tiempo desde que entro en la casa, maulla para pedir comida, agua, que le abra la puerta, mimos. Salta, corre y está bien atento.

Es  una historia real, parece una película con final feliz, y así es gracias la TERAPIA NEURAL, y a su hacedor .

La vida de mi gato es un milagro, de la mano de una medicina que es real, tan real que parece increíble la TERAPIA NEURAL

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